RESEÑA: "CHANDRA" de Sandra Canizo y Mabel Bologna


El 9 de octubre tuve el placer de asistir a la presentación del libro de Sandra Canizo, Mabel Bologna y Estela Libero. Estas tres mujeres han escrito una obra que merece nuestra atención por su valor informativo y estimulante. Me parece muy recomendable, sobre todo porque la propuesta nos enfrenta a una enfermedad evitable y tratable como lo es el cáncer de mama.

El equipo está formado por tres docentes que han trabajado incansablemente para dar a luz este libro. Sandra es la portadora de la historia; ella es una sobreviviente del cáncer de mama y sublima la experiencia mediando su historia a través de este libro para que podamos entender las fases por las que tuvo que pasar, cómo fue atravesar el cáncer y cómo logró superarlo. Mabel es la persona encargada de llevar la historia al papel. Lo contado por Sandra no le era ajeno, ya que estuvo muy cerca de Canizo desde el momento en el que se conocieron. Eso explica el sentimiento y el amor que se desprende de su prosa. Estela completa el equipo como realizadora de la maquetación, el diseño interior, el arte de tapa y el encuadernado de cada volumen publicado.

La obra se titula Chandra, una historia de coraje y superación. Se trata de la biografía autorizada de Sandra Mónica Canizo. No voy a contar de qué va el libro porque no quiero adelantar la historia y porque creo que es muy valioso como para no leerlo. Lo que sí puedo adelantarles es la ficha técnica.

El libro cuenta con 92 páginas, un prólogo sin firmar (imagino que fue escrito por Mabel o Sandra), y trece capítulos por los que transita la vida de la protagonista. No estoy seguro de si tiene algunos pasajes ficcionados, pero si los tiene, han quedado imperceptibles para el lector.

El texto comienza con la niñez de Sandra, sus conflictos familiares y la supervivencia frente a un progenitor un poco ausente. Conforme van pasando los capítulos, vemos cómo la protagonista evoluciona, ofreciéndonos un personaje redondo cuya personalidad se va transformando hasta convertirse en la mujer que reflexiona hacia el final del libro.

Hacia la mitad de la obra, comenzamos a transitar con Sandra por todos los estados de la enfermedad, con todo lo que eso implica: cambios de humor, tristeza, dolor, cambios físicos y, finalmente, la aceptación y la superación.

Esta es una historia común a todas las mujeres que han sido diagnosticadas con cáncer de mama. Lo interesante, lo curioso, radica en entender este texto como un anecdotario sencillo, claro, amoroso y de gran valor didáctico.

Trasladar la experiencia a otras mujeres que puedan estar pasando por lo mismo, sufriendo la incertidumbre de no saber qué sucederá, sin saber cómo llevar adelante esa carga, es un valor del que Sandra tiene plena consciencia. Tuvo la generosidad de contar a otras cuáles fueron sus estrategias para poder sobrellevar la enfermedad y llegar al punto de la sanación.

También, Chandra… es un modo de agradecimiento a las personas que construyeron una red de contención alrededor de ella, como la integrada por Estela y Mabel, y que se ve plasmada en este libro. Durante todo el proceso de la enfermedad hasta su superación, Sandra ha contado con una red maravillosa que la ha sostenido y abrazado amorosamente, y creo que eso es lo más valioso. Eso hace que Chandra… sea un muy buen libro.

No es menos importante mencionar que parte de las ganancias de la venta de esta obra está destinada a contribuir con la lucha contra la enfermedad a través de Fundavita. 

Sandra, en su historia, nos dice que no hay que temerle al cáncer de mama: hay que ocuparse pronto para ganarle la partida. Sandra nos contagia su valentía, optimismo y resiliencia a través de estas páginas.

Seguramente se estarán preguntando por qué “Chandra”. Bueno, para saber su significado, tendrán que remitirse al texto porque yo no lo voy a revelar.

Los invito a todos y a todas a zambullirse en esta hermosa historia, disfrutarla y, de paso, colaborar con la lucha contra el cáncer de mama que encarna en nuestra provincia la Fundación Fundavita.


Juan Sebastián Rodríguez Maza

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